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6/1/13

Maridaje



"Toda forma de desprecio, si interviene en política, prepara o instaura al fascismo."
Albert Camus


Hace unos días esta frase pasó ante mis ojos con la fugacidad del Facebook, pero la palabra “desprecio” quedó tirando de mí, insistente, perturbadora: ¿desprecio?, ¿fascismo? Me resultaba bastante familiar aquella conexión, amenazadoramente cotidiana. Toda forma de desprecio, dice Camus, y de inmediato acuden a mi memoria las imágenes de las familias arrancadas con aberrante brutalidad de sus casas en cada desahucio; imagino a los que, impotentes, optaron por el suicidio. Toda forma de desprecio instaura el fascismo, repite Camus, y pienso en la perversidad de las leyes laborales que pisotean todos aquellos derechos adquiridos en tantos años de lucha, que amparaban la dignidad del trabajador y que ahora, a cuento de la crisis, se eliminan de un plumazo. Desprecio, leo de nuevo, y comprendo qué mirada orienta la mano que ejecuta los recortes en sanidad, en educación... Un gobierno que desprecia a la ciudadanía hasta niveles inadmisibles, mientras, por otro lado, constituye una casta que se arroga una dignidad inconmovible (políticos, casualmente, eurodiputados y algún alto cargo de la justicia) a tal punto que se niegan a viajar en clase turista para que su ¿respetabilidad? no sea mermada; un gobierno que arrebata, que socava, que cercena, y luego exhibe una arrogancia descomunal; un gobierno que desprecia majestuosamente a todos, incluso a quienes les han votado, ¿no andará, por casualidad, muy próximo al fascismo?

2 comentarios:

Manuel Martínez Forega dijo...

Lo roza, Inés. Yo diría que se marida con él, y sabemos que el partido de este gobierno español actual alberga entre sus filas a muchos fascistas.

Alejandro Céspedes dijo...

Da gusto leerla, señora Ramón.